25 de Abril del 2014 | Rectorado
Vivir pascualizados y compartir nuestra fe
El martes 22 de abril, a partir de las 9, en el Auditórium de la Sede Central, se realizó la Santa Misa para revivir la Pascua. El jueves 24 a las 17:30 se realizó la misma celebración en la Sede Campus.
Ambas ceremonias comenzaron con el ingreso procesional del Cirio Pascual, que simboliza a Jesús Resucitado y será encendido en todas las Misas durante cincuenta días, hasta el domingo de Pentecostés.
El Presbítero Sergio Domínguez presidió la celebración en el Auditórium, a la cual asistieron numerosos alumnos, docentes y personal de la Casa. En la homilía destacó que lo que estamos escuchando en este tiempo, denominado la Octava de Pascua, es el Evangelio de la Resurrección y planteó que quería compartir dos pensamientos. Su primera reflexión se centró en el Salmo proclamado, el número 32, en el que dice “que Tu Amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en Ti”. En este sentido el sacerdote explicó que “si nuestra esperanza es poca, poca también será la Gracia, la Bendición y el amor que recibiremos del Padre” y continuó diciendo que “Pascua significa paso y es el paso de la antigua vida a la nueva, de la oscuridad a la luz. Pascua es el paso a la vida que tenemos que vivir. Es poder vivir con Esperanza en el Resucitado todos los días y en todos los lugares, con nuestras familias, en nuestros trabajos y estudios. Vivir ‘conforme a la Esperanza que tenemos en el Señor’, es aprender a vivir la Pascua y en este sentido quiero invitarlos a vivir pascualizados, es una palabra que no figura en los libros, pero es importante vivir así ‘pascualizados’”.
Respecto del segundo pensamiento, expresó que tenía directa relación con el Evangelio y María Magdalena que lloró frente al sepulcro, porque no sabía a dónde habían llevado a su Maestro. El sacerdote dijo “es una experiencia que todos podemos tener como padres, hijos, hermanos y tiene que ver con el dolor. Hoy preguntate, ¿por qué llorás? ¿Cuál es tu problema, tu preocupación? ¿Qué se han llevado de tu vida? ¿Qué te robaron? María creía que le habían robado al Señor, esa era su preocupación…Habló con Jesús y le preguntó dónde estaba su Maestro, porque no pudo reconocer que estaba hablando con Él ¿Cuántas veces nosotros no reconocemos a Jesús que está al lado nuestro, frente nuestro? Y María Magdalena lo reconoce al Maestro recién cuando Él la llamó por su nombre. Jesús también nos llama por nuestro nombre hoy y allí podemos reconocerlo…”.
Finalmente, el presbítero Domínguez invito a todos a “pedirle al Señor que nos ayude a salir del sepulcro, ya que para el que cree todo es posible.”
En la Sede Campus presidió la Santa Misa fue el Presbítero Julio Centurión, quien comenzó su homilía recordando una palabra que usamos mucho en el Tiempo de Pascua y es Aleluya y que “…proviene del idioma hebreo y significa ‘Alabado sea Dios’, en vez de decir Alabado decimos Aleluya…¿Y por qué tenemos que decir que Dios sea Alabado? Porque Dios amo tanto al Mundo que envío a su Único Hijo para Salvarnos…”. En este sentido, recordó que Dios nos Ama tanto que no quiere que estemos mal, tristes o abatidos y por eso es que Jesús es enviado para Salvarnos de la muerte y del pecado, “el pecado es el que anida en el corazón del hombre y puede matarlo”, dijo el sacerdote.
Relacionando su reflexión con el Cirio Pascual, el padre Julio manifestó “Cristo vino a darnos la Luz, porque quiere que seamos hijos de la luz y vivamos en la luz…”.
Continuando con la homilía y centrándose en lo más importante dijo: “El gran mensaje del texto de hoy es COMPARTIR nuestra vida de Fe con los hermanos…Los discípulos de Emaús, que es de los que nos habla hoy el Evangelio, iban tristes por lo que había pasado con Jesús, pero cuando se encuentran con Él, se ponen felices, su luz vuelve a brillar e inmediatamente van a compartir con sus hermanos esta buena noticia…”.
También el padre Julio invitó a ver cuáles son las tumbas en las que estamos y no podemos salir, “algunos están en las tumbas de la derrota, siempre desganados o desanimados, pero Jesús quiere sacarnos, así como sacó a los discípulos de Emaús de su tristeza, Él también nos quiere sacar de esa tumba, de ese lugar de tristeza…Dios quiere congregar a Su Pueblo, sacarlo de la tumba y por eso ha muerto y ha Resucitado para reunir a Su Pueblo…Por eso, cuando los discípulos de Emaús reconocen al Señor luego vuelven a compartir con los otros discípulos…Y eso tenemos que hacer nosotros, porque al compartir con los hermanos, con la comunidad, se fortalece nuestra Fe…y al dar nuestra fe a los demás crecen los otros también. En una forma también ahora estamos creciendo todos, en esto que estamos compartiendo, y vamos a salir con un semblante distinto al que entramos…Ojalá que la luz de Cristo haga resplandecer tu corazón y el mío y así salgamos con otro semblante de esta Misa…”.
En el momento de las ofrendas se realizó una entrega simbólica de la colecta que se está realizando en el Instituto y luego se acercará a Cáritas para ayudar en la mejora de las viviendas de nuestros hermanos más necesitados.
Finalizadas las ceremonias, los participantes continuaron con sus actividades académicas, con el compromiso de “vivir pascualizados” y “compartiendo la fe en Jesús Resucitado”.