19 de Septiembre del 2014 | Anexo Eldorado
La Sede Eldorado también tuvo su Acto de Colación
La Sede Eldorado del Instituto Superior “Antonio Ruiz de Montoya”, vivió una verdadera fiesta en el Acto de Colación de Graduados, que se realizó el jueves 4 de septiembre, en el Polideportivo del Instituto San José, lugar donde dicha Sede desarrolla sus actividades.
Fueron 28 nuevos profesionales que recibieron sus diplomas como egresados de los Profesorados en Matemática y Lengua y Literatura, y 3 los que culminaron la Formación de Entrenadores de Básquet Nivel I.
Acompañaron la ceremonia autoridades de la Casa, entre las cuales estuvieron la rectora del ISARM, Magíster María Eva Lescano de Borkoski; la vicerrectora, Licenciada Miriam Carolina Alves; la Directora de Formación Inicial de la Sede Eldorado, Licenciada Gladys Verón; la Directora de Extensión Cultural, Licenciada Silvia Venanzi, como así también las Coordinadoras de los Trayectos Disciplinares de los Profesorados en Lengua y Literatura, Matemática e Inglés, docentes, preceptores, demás personal de la institución, invitados especiales, egresados, sus familiares y amigos.
El Presbítero Oscar López, junto con unas docentes, realizó la oración inicial. Durante la misma se recordó que “la tarea educadora necesita la bendición de Dios para convertirse en instrumento de paz y libertad”. Todos los presentes escucharon la Palabra de Dios y luego de la misma el padre Oscar manifestó “hoy estos docentes que reciben el reconocimiento de esta Casa, reciben también la tarea de seguir formando, de ser de alguna manera, como nos dice el Papa Francisco, el artesano, aquella persona que con dedicación y con esmero, sabe trabajar la propia vida y la vida de la otra persona…Pidámosle a Dios que nos ayude en esta tarea, que nos anime con el Espíritu Santo…”. Dos egresadas presentaron elementos representativos de su paso por la Institución. Mabel ofreció un libro, “la lectura es para mí la luz que guía mi camino. No sólo por lo que me hizo crecer como persona, sino porque cambió mi manera de ser y de ver el mundo… A través de la lectura pude abrir mi corazón a Dios y Él me mostró que cada día puedo ser una mejor persona...”, manifestó la egresada. Macarena presentó un árbol, “simboliza el fruto de nuestro esfuerzo, porque como él fuimos creciendo a los largo de estos años, para convertirnos en lo que hoy somos…”, aseguró.
Miguel Alejandro Farías, egresado del Profesorado en Matemática, dirigió unas palabras muy emotivas a los presentes. “Un día decidí, junto con mi esposa, tomar el desafío de volver a estudiar. Tenía 40 años. Llegué un día viernes, me recibió Carlos y me dijo ‘no hay ningún problema, hoy es el último día de inscripción y lunes comienzan las clases’…Y cuando llegué a mi casa, le dije a mi esposa que el lunes comenzaba, pero que tenía que viajar todos los días y ahí comenzó todo un viaje…”. En su relato Farías recordó que la carrera la inició al lado de un compañero, Marcelo, al que luego se sumaron otros y formaron un grupo de cuatro, “Oscar, pronto nos abandonó, tenía otros planes, pero seguimos adelante tres y nos prometimos llegar al final juntos”. Con emoción también trajo a la memoria la pérdida física de otro compañero, lo que a todos les generó mucho dolor, “pero la vida tiene eso también, pérdidas…” dijo y continúo “Después de esa noticia, nos encontramos en el aula y éramos 6, que también nos propusimos llegar al final y recibirnos juntos…”. Antes de finalizar su discurso agradeció, en nombre de todos los egresados, a cada una de las personas que forman parte de la familia Montoya, profesores, directivos, preceptores, entre otros.
La Licenciada Gladys Verón compartió unas reflexiones. Comenzó saludando a todos los presentes y dio gracias por acompañar el acto. En sus palabras resaltó que “No hay nada más hermoso que la escuela, es un privilegiado lugar de encuentro, en el que el otro se integra a partir del diálogo. No hay nada más potente que el diálogo para posibilitar el aprendizaje y no hay nada más convincente y provocador que el testimonio para educar. Educar es ser compañero de camino, es caminar con el alumno al que debemos movilizarlo cada vez más…Durante varios años ustedes, quedísimos colegas, caminaron por estos lugares esperando que este momento llegue…Nosotros, todos, nos atrevimos a inquietarlos para que vean más allá de los discursos negativos, de los obstáculos cotidianos y para que no se queden en la orilla mirando. Los ayudamos a labrar ese camino, para que puedan construirse como verdaderos caminantes de la vida, conscientes de los problemas que nos atraviesan, movidos por la convicción de que podrían encontrar en lo más profundo de ustedes el llamado a ser hombres y mujeres que, a partir del diálogo y del saber, sepan enseñar a miles y miles de personas a llegar a estados más plenos…Hoy esperamos de ustedes que busquen la esencia de las personas en cada clase, en cada encuentro con los colegas, pedimos que saboreen cada momento de la vida profesional, desde una mirada humilde y amorosa, que den testimonio de templanza y firmeza, que busquen incansablemente a Jesús en el otro…Esta es una despedida, pero también una bienvenida…Hasta siempre colegas.”
La rectora del ISARM, también brindó unas palabras. Inició su discurso diciendo “es para nosotros una verdadera alegría poder compartir este acto con la comunidad de Eldorado...Comunidad que hace posible esta realidad académica de acá y constituye una especialísima emoción interior poder compartir la alegría de los egresados, sobre todo poder compartir las emociones que nos han llegado a través de las profundas palabras del profesor Farías. Muchas gracias por esas palabras profesor…”. Asimismo, recordó que “el acto de colación de grado constituye unos de los momentos centrales de la vida Académica de una Casa de Estudios. Para los profesores y las autoridades que recibimos a los alumnos, yo creo que hay dos momentos plenos en la vida institucional, el primer día del ingreso, cuando los recibimos con todas sus ilusiones y con todas sus expectativas y el día en que finalmente, podemos entregarles el título que han logrado a través de sus esfuerzos. Por eso yo llamo a este acto, como un acto de plenitud académica. Plenitud Académica también porque ustedes han elegido al Montoya y por varios años, tal como lo expresaba el colega, hicieron de esta Casa, su casa, robando quizás muchas horas a la familia, como él decía, para abocarse de lleno a las exigencias de una vida de estudios superiores…”. Sobre el diploma que recibirían los egresados dijo que “es un símbolo en papel, sin embargo si a este símbolo lo visten de valores en él encontrarán muchos nombres, los nombres de quienes los mantuvieron firmes en el camino, encontrarán los afectos nuevos que fueron sembrando en la vida institucional, las horas interminables de estudio. Encontrarán la falta de sueño, el cansancio, la alegría de los feriados y el hombro amigo que los sostuvo. La familia que soportó callada los momentos de ausencia. Les pido entonces que lean este diploma con los ojos del corazón y sean agradecidos con todos aquellos que los acompañaron en esta empresa.”
La docente los invitó a que se lleven, para la tarea profesional, los últimos consejos de la Institución, “busquen siempre el crecimiento generoso, aquel que no sólo mira lo personal sino que considera al otro, al que está al lado…Perseveren en la búsqueda de utopías, tener sueños hace posible que nuestro andar jamás se detenga, que siempre estemos en movimiento. Recuerden siempre que el descreimiento y el pesimismo no nos hacen bien. Vivan la profesión con alegría en el rostro y con actitud esperanzadora en los corazones. Tengan presente que vivir implica estar en permanente actitud de búsqueda. Buceen sus propias interioridades, reconozcan sus verdades y sean fieles a ellas.” Antes de finalizar su alocución la rectora destacó “valores y actitudes que siempre deben estar en el ejercicio de la profesión docente: fidelidad a la actitud ética, idoneidad profesional, respeto a las ideas del otro, superación permanente y una actitud constante de lucha inclaudicable por una sociedad mejor y más justa.”
Luego la rectora procedió a tomar juramento a los egresados.
Durante el acto también algunos alumnos de la Sede Eldorado presentaron danzas regionales para homenajear a sus compañeros.
Como cierre los nuevos profesionales recibieron sus diplomas de manos de la rectora del ISARM y los acompañaron personas especialmente elegidas por los noveles.
Para finalizar la noche se realizó un brindis con los presentes.