20 de Diciembre del 2016 | Profesorados

En el ISARM se realizó una Misa y acto homenaje en memoria de la Profesora Teresa Warenycia

El jueves 22 de noviembre a partir de las 19.30 en el patio donde funcionan los Talleres del Profesorado de Artes Visuales del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, se realizó una Santa Misa y acto homenaje en memoria de la querida egresada y Profesora María Teresa Warenycia, al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento.

Participaron autoridades, personal docente, no docentes y alumnos de esta Casa de Estudios Superiores, junto a familiares y amigos de Teresa, como así también integrantes de la comunidad artística misionera.

La celebración Eucarística estuvo presidida por el Presbítero Carlos Viera. Durante la homilía el sacerdote expresó "(...) en la existencia del hombre hay un tiempo para cada cosa. En estos momentos me viene a la memoria el texto de Eclesiastés capítulo 3, un tiempo para cada cosa, un tiempo para reír, un tiempo para llorar, tiempo para cultivar la tierra, un tiempo para recoger. (...) ahora el tema es ¿cómo nosotros podemos encontrar ese tiempo? (...) ¿Quién de nosotros piensa en un final de su vida? ¿Quién de nosotros medita su muerte? Más aún, rehuimos de ese pensamiento y tratamos de no tenerlo presente. ¿Qué es el tiempo en la vida? Es efímero, no es nada. Y ¿qué es la eternidad de Dios? Es un presente perenne, es decir, permanente. Él no tiene tiempo, Dios Es el Tiempo, por eso no hay pasado ni futuro en Dios, sólo presente y eso es la eternidad. Nosotros estamos sometidos al tiempo en el ayer, en el hoy y en el mañana. Y el hombre cuando se encuentra en ese tiempo necesita encontrarle un sentido a la vida, encontrar el fundamento de la vida (...)

Lo que tenemos que tener en cuenta es cómo la vida nos enseña los tiempos, porque la vida tiene su tiempo, no es que se lo damos nosotros. El tiempo del hombre es egoísta, porque nos adueñamos de algo que no es nuestro. El tiempo es de Dios, la vida es de Dios (...)

Nuestra existencia es como un muro de cristal, en cualquier momento se rompe, por eso tenemos que encontrar la sabiduría de la vida para saber escuchar la nota del tiempo, para saber vivir, para saber disfrutar y para saber profundizar (...)

Cuando aparece en nuestra vida la muerte surgen las preguntas, más cuando aparece la tragedia por la estupidez de la incoherencia de gente que no sabe cuidar la vida ajena y la propia. (...) Y nos podemos llegar a preguntar ¿por qué?, pero ahí está la limitación del hombre, no hay respuestas, porque el hombre no tiene todas las respuestas, se aproxima a algunas para participar de la Verdad de Dios (...) Y ahí aparece la fuerza de Dios como respuesta y que sólo el hombre de fe sabe descubrir en el tiempo y en la sabiduría esa Verdad de Dios, que es Eterno y Presente en la vida del hombre. El hombre descubre cuando se encuentra amistosamente con Dios, cuando hace ese encuentro personal con Él recién ahí se da cuenta que la vida es gratuita, es un regalo. Entonces, aquí nosotros empezamos a desandar este destino que tiene su tiempo y que sólo Dios sabe cuándo es el tiempo que nos tiene que recoger, cuándo estamos maduros de la vida para llamarnos y eso sólo Dios sabe. Aunque nos cuestionemos y tengamos miles de preguntas, sólo Él sabe (...)

Por eso está la vida frente a la muerte y no hablo de la muerte frente a la vida, si no de la vida frente a la muerte, porque la muerte es menos. Y eso es lo grande de la fe, porque nos hace entender que la muerte no es una aniquilación de la vida, sino que es una transformación (...) La muerte no es una tragedia, se convierte en tragedia porque no la entendemos, porque no cuidamos nuestra vida ni la de los demás, entonces se convierte en tragedia. Qué importante es comprender esto desde la profundidad de la fe, como dice San Pablo 'muerte dónde está tu victoria', la muerte no tiene victoria, porque la fe ya nos mostró a Cristo Resucitado y eso no es un concepto o una frase armada, ese es un Misterio donde el hombre debe descubrir, en un encuentro personal con Dios, para entender el sentido de la vida (...) Es algo que debemos entender aún frente al dolor, porque la realidad de Dios se presenta como un bálsamo de alegría, de paz y esperanza frente al dolor (...) Son convicciones profundas que debemos tener como cristianos, de que Cristo es la respuesta a lo que el hombre quiere encontrar (...) Estamos en la existencia porque Dios nos piensa por Amor y la muerte no es el fin del pensamiento de Dios, sino que Dios nos transforma a una vida más plena después de la muerte, porque nos sigue pensado después de la muerte. La muerte es para nosotros, no para Dios. Eso es lo que debemos entender en nuestro corazón y es lo que debemos aprender a vivir en esta vida. (...)

Así como se fue nuestra hermana Teresa (...), se fue y quedan los dolores, no estábamos preparados y ese es el problema, cuando de golpe nos sacan a alguien de la vida y no estábamos preparados, queda un vacío, que un dolor, quedan preguntas, quedan enojos. No estamos preparados para eso. Quedan preguntas que trascienden a la razón del hombre y ahí entra el campo de la fe. Pidamos al Señor que a pesar de esta situación, hoy se cumple un año de su fallecimiento, que Él nos ayude en este tiempo a repensar nuestra existencia y les voy a decir algo que puede ser un poco duro, que su muerte no sea en vano, sino que nos dé sentido (...)".  

Antes de finalizar la Misa el padre Carlos pidió a los familiares y amigos de Teresa Warenycia que se acercaran para recibir una bendición especial.

Durante el acto se guardó un minuto de silencio en honor a la estimada profesora y se proyectó un video que reflejó ciertos momentos importantes de la vida de "Tere", como la llamaban sus alumnos.

La Coordinadora del Profesorado de Artes Visuales, Profesora María Esther Rodríguez leyó unas palabras escritas por la Lic. Teresa G. Eichner de Ledantes, colega y amiga de Teresa. En las mismas manifestó: "Referirme a Teresa, es un honor y un orgullo ya que hemos compartido muchos años de tarea docente en el querido Montoya; lugar que nos brindó  la gran posibilidad de perfeccionarnos, creciendo en conocimientos, experiencia, y en valores tan sólidos y profundos como la amistad y el compañerismo que nos unió hasta su partida…

Vivió comprometida con su trabajo y con la Vida, de un modo tan apasionado,  que ha dejado una profunda huella en muchos de nosotros,  los que fuimos sus amigos, colegas, alumnos y  compañeros.

Fue una profesional  dedicada y entusiasta, generosa y exigente. Con criterios amplios de libertad con trabajo; aspirando a la excelencia y  promoviendo en sus alumnos la realización personal a través del arte, más allá de lo formal y convenido.

Su fuerte impronta marcó con sello propio muchos aspectos de su actividad docente, particularmente en estas aulas, en las que, por años - en forma casi exclusiva – impartía sus clases.            

Aquí, en estas aulas, dio sus magistrales y memorables clases de Dibujo; y cuando las etapas del aprendizaje lo indicaban, en los talleres de Pintura, soltaba amarras a los alumnos, para que, en la libertad del hacer, descubrieran y dejaran aflorar en ellos otras facetas, más ricas, personales, creativas. Así incluyó el mural, la fotografía, las herramientas tecnológicas…siempre abriendo caminos para quienes los quisieran seguir…

La mayoría de quienes estamos acá reunidos, fuimos testigos de su entrega y servicio dentro y fuera del aula.

Fue una persona muy particular, que sabía conjugar la risa alegre y explosiva con la actitud seria y formal con la que encaraba su trabajo y sus proyectos.

Caracterizada por su singular y fuerte personalidad, en la que no cabían las medias tintas; guiada por su espíritu creativo, inquieto y tenaz, nos ofrecía permanentes asombros… nuevos proyectos y nuevos logros, en los que capacidad, trabajo y profesionalismo eran su marca…. Sin vanidades ni falsas modestias, movilizada por la pasión, el entusiasmo y su inagotable energía, absolutamente fiel a su naturaleza…noble, generosa, libre y auténtica…

Fue un claro ejemplo de superación permanente: prueba de ello son los innumerables testimonios de su hacer artístico y del valioso aporte de su investigación a partir de los registros fotográficos, para concluir en la construcción visual de la memoria de hechos y lugares de la Ciudad de Posadas - “Posadas des Memorial”-  trabajo que la ocupara los últimos años y mereciera su graduación como Doctora en Investigación en Arte con los máximos honores: CUM LAUDE, otorgados por la Universidad de Granada, España, el 24 de  junio del año 2015. Fue el último gesto más claro de generosidad y compromiso que nos dejara…

Se desempeñaba en las cátedras de Dibujo y Pintura artísticos en el Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, del que egresó con título de Profesora, donde inició su trayectoria académica en 1981, institución a la que - según afirmaba siempre - le debía la oportunidad de todo lo alcanzado y de la que no quería desprenderse…

Hoy es, un día de emociones muy fuertes…Conmemoramos el primer aniversario de su fallecimiento.

Aún nos conmueve el trágico suceso y permanece latente la sensación de tan injusta muerte…Su ausencia se sentirá por mucho tiempo, igual que la impotencia ante la inexplicable y abrumadora realidad; pero el recuerdo que ella hubiera querido que guardáramos en nuestros corazones, es el de su persona vital, alegre, espontánea y ocurrente, dominada por su  espíritu libre y venturoso…

Dicen que en la paz el corazón y el alma encuentran su descanso…deseamos con mucha fuerza que sus seres queridos encuentren el sosiego  para recordarla serena y resignadamente".

La Rectora del ISARM, Magíster María Eva Lescano de Borkoski, junto con Héctor Chemes, esposo de Teresa y Ariel Chemes, su hijo, fueron los encargados de descubrir una placa al frente del aula Taller de Dibujo y Pintura que lleva su nombre. 

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