21 de Mayo del 2018 | Rectorado

En Loreto se compartió un nuevo Retiro de Equipos de Conducción de Instituciones Educativas Católicas

El martes 27 de marzo se llevó a cabo el VII Retiro de Equipos de Conducción de Instituciones Educativas Católicas de la Diócesis de Posadas junto a  nuestro Obispo, Monseñor Juan Rubén Martínez; organizado por la Junta de Educación Católica y la Secretaría Episcopal para la Educación Católica de la Diócesis.

Como es tradicional la actividad se realizó en el Santuario y Centro de Espiritualidad Diocesano “Nuestra Señora de Loreto”, bajo el lema "Sean compasivos como nuestro Padre es compasivo". Los integrantes del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya participaron junto a colegas de otros institutos educativos de la Diócesis.

Para comenzar se compartió la celebración de la Santa Misa que fue presidida por Monseñor Martínez y concelebrada por el Presbítero Alejandro Ferreyra, párroco de la Vicaría de Loreto y de Santa Ana y el Presbítero Ángel Rojas, párroco de Inmaculada Concepción de Posadas. Seguidamente hubo un momento intenso de Adoración a Jesús Sacramentado.

En la homilía el Obispo Juan Rubén expresó la alegría de poder estar celebrando junto al Señor y a nuestra Madre de Loreto, “(…) en esta mañana, en el que Providencialmente podemos realizar este retiro, este encuentro en el contexto de la Semana Santa (…). Qué bueno es introducirnos con este texto tan fuerte como es el del Evangelio según San Juan, porque nos va relatando el ambiente donde se va a desencadenar la Pascua. El crecimiento del mal, la actitud de Judas que lo iba a traicionar a Jesús y se da este diálogo (…) El texto del Evangelio nos dice, con palabras muy elocuentes, ‘era de noche’, está señalando la oscuridad, las tinieblas y de alguna manera el poder de las tinieblas, el poder del mal estaba como ganando espacio. (…) Y a veces parece que el mal va ganando espacios, esto lo experimentamos en nuestro corazón, en nuestros lugares y ambientes. Sin embargo la Pascua es el triunfo de la vida, del bien sobre el mal. Ahí, en ese rincón donde parecía que ganaba la muerte, triunfó  la Vida y la Resurrección, esto es lo que estamos celebrando esta semana y ojalá que nosotros lo podamos vivir con una comprensión más profunda desde la fe, no como un relato externo o un dato histórico, sino que podamos entrar aunque sea un poquito en la hondura de lo que estamos viviendo, porque es ahí donde nosotros podemos internalizar este misterio de la Pascua. También en nuestro corazón están todas estas cosas, esta lucha del bien y del mal. Nosotros también necesitamos la Gracia de Él, de su Pascua. Bueno esto es lo que estamos viviendo y queremos vivir esta mañana donde vamos a rezar un poquito, donde vamos a compartir. (…) Pidamos que en esta mañana Jesús sea el importante, en este contexto de la Semana Santa y podamos amigarnos con Él, ya que si nos amigamos con Él seguramente esto va a tener consecuencias en todos nuestros ambientes: familia, trabajo, en donde estemos.”

Finalizada la Adoración Eucarística, en procesión se trasladaron todos los asistentes, desde la Capilla de Nuestra Señora de Loreto hasta el Centro de Espiritualidad para compartir el segundo momento del retiro.

Antes de pasar a la iluminación a cargo de Monseñor Juan Rubén Martínez, se realizó un desayuno fraterno entre los asistentes.

Monseñor compartió unas “reflexiones sobre la familia. Desafíos Pastorales”. Durante su iluminación hizo un fuerte hincapié sobre lo que es ser Comunidad, porque los bautizados pertenecemos a una: “(…) somos una Comunidad Educativa y eso es muy importante, entender que tenemos pertenencia a un proyecto (...).”

Monseñor explicó que la misión de todos los bautizados es evangelizar, pero también es humanizar nuestros ambientes. “(…) en la Diócesis estamos tratando de responder a ese mandato de evangelizar, de humanizar nuestro tiempo y lo hacemos desde distintos lugares. (…)  Seguimos caminando a pesar de nosotros, porque el Espíritu es el que nos va animando, nos acompaña y esto es una fortaleza, pero otra fortaleza son nuestras comunidades, las parroquias que son una de las formas (…) pero en una Diócesis ustedes saben que no están solo las parroquias, sino que están también los Movimientos, (…) las Escuelas Primarias, Secundarias, Terciarios y la Universidad, todos son una respuesta a la acción evangelizadora y humanizadora que tenemos en la Iglesia. Por eso todo el tema educativo, la Comunidad Educativa forma parte de un proyecto evangelizador, no estamos aislados, sino que formamos parte de una comunidad.”

En relación a ser Comunidad el Obispo Juan exaltó la importancia de tener en cuenta que esto nos lleva a ocuparnos de los hermanos, de los otros que forman parte de la Comunidad, porque son también nuestra responsabilidad, pero esto a veces esto no nos resulta fácil de entender:  “(…) ésta comprensión del otro como mi hermano, nos cuesta demasiado. Amamos nuestro propio jardín y queremos que nuestro jardín tenga muchas flores, lo regamos, lo cuidamos… Es como el que tiene sus tres ovejitas y las peina, las arreglan, sin importarles por ahí las que andan descarriadas. Por eso es fundamental que nos entendamos como Pueblo de Dios, hay otras figuras, por ejemplo el Apóstol Pablo utiliza Cuerpo, que somos parte de un Cuerpo…formamos parte de algo. A mí me alegra un encuentro como el que nosotros estamos teniendo, porque tenemos que entendernos como que formamos parte de algo y por ello cuando se plantean cuestiones a nivel educativo las tenemos que pensar en conjunto… Pero hay veces que tenemos peleas, en nuestros hogares e instituciones, porque lo que nos falta es evangelizarnos. El mandato es que tenemos que evangelizar, pero a la vez que lo hacemos tenemos nosotros también que preguntarnos ¿a ver dónde estoy parado en lo que yo creo? ¿Cómo vivo? Y ¿Qué es lo que creo? (…) ¿Somos cristianos? ¿Creemos en Jesucristo? Porque ese es el tema. Nuestra época se va transformando a veces en un cristianismo cultural y tenemos mucho de eso. Pero el problema de un cristianismo cultural es que uno repite por costumbre las cosas (…) Nuestro cristianismo necesita que personalmente hagamos una experiencia de Jesucristo (…) Este es un proceso personal, no individualista. El proceso de fe individualista es otra cosa, es decir, ‘sí yo tengo fe’, pero es como un yo-tú que hago con Dios y donde voy acomodando las cosas de la fe a mí estilo de vida. Entonces me justifico, es lo que pasa en la época, ‘yo lo hago así, porque lo veo así’, no hay ninguna referencia sino solamente la subjetividad… y voy acomodando el Evangelio a mi gusto. Es cierto que vemos las cosas a nuestra manera, pero formamos parte de una comunidad, por eso les decía, somos una comunidad de la Iglesia. Jesucristo desde el inicio, cuando planteó lo que quería lo hizo comunitariamente. Él fue armando la Iglesia, eligió a los 12, hubo muchos discípulos y discípulas, Él armó la Iglesia, porque sabía que una fe individualista tarde o temprano se va perdiendo… Nosotros necesitamos alimentar la fe y necesitamos la comunidad que nos permite alimentarla (…)”. El Obispo aseguró todo esto de pensarnos como Comunidad Cristiana es fundamental porque nuestros Proyectos Educativos tienen que estar pensados en clave del amor, la fe y la esperanza, “la respuesta que podemos dar desde la educación a la sociedad actual debe tener presente a la caridad”.

Cuando concluyó la exposición del Obispo, los directivos mantuvieron un ameno diálogo con él, donde le  pidieron, entre otras cuestiones, que compartiera algunas experiencias de su reciente viaje apostólico a Roma, donde pudo encontrase con el Papa Francisco.

Al final se sirvió un almuerzo de camaradería, que permitió el intercambio entre los participantes provenientes de las distintas zonas de la Diócesis.

 

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