10 de Diciembre del 2018 | Rectorado
Celebremos a Nuestra Señora de Loreto, Madre del Pueblo de las Misiones
Hoy, lunes 10 de diciembre, celebramos a María bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto, protectora y patrona del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya.
Asimismo, se informa que este mismo día a las 9.00, en el Santuario de Nuestra Señora de Loreto ubicado en la localidad homónima, se realizará la celebración de la Santa Misa en el marco de las Fiestas Patronales.
A continuación se comparte nota publicada en Signo Comunicación Católica Edición Nº 152 Año XV Noviembre 2018 en conmemoración de los Santos Mártires y Nuestra Señora de Loreto, escrito por integrantes del Centro de Investigaciones Históricas “Guillermo Furlong” del ISARM.
Devociones nuestras: Nuestra Señora de Loreto y Santos Mártires
Centro de Investigaciones Históricas “Guillermo Furlong”
I.S.A.R.M.
La devoción a la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto y la historia del martirio de los sacerdotes jesuitas Roque González de Santa cruz, Juan del Castillo y Alonso Rodríguez, se ubican en los orígenes de la evangelización de la región guaraní-jesuítica de las Misiones.
Una historia rica y llena de desafíos espirituales, que se fueron materializando en travesías fundadoras de pueblos, reducciones de indios que conocieron la fe cristiana, tuvo como protagonista al P. Roque González de Santa Cruz. Durante el siglo XVII, en su tarea misional, ya como sacerdote misionero o como superior de la región (nombrado desde Asunción), llevó a cabo fundaciones en la región del Uruguay, tales como Concepción, San Nicolás del Piratiní, Nuestra Señora de los Santos Reyes de Yapeyú, San Javier, Nuestra Señora de la Asunción de Pirapó y Candelaria del Ibicuití.
En su última fundación, en 1628, que recibe el nombre de Todos los Santos del Caaró (actual territorio de Brasil), el 15 de noviembre fue asesinado junto al Padre Alonso Rodríguez; dos días después ingresaba también al martirio el Padre Juan del Castillo, motivado por una conjuración que se resistía a la conversión.
Es posible reconstruir esta dolorosa instancia, conocido por sus contemporáneos a través de las Cartas Anuas y de los escritos de los Padres Francisco Crespo y Juan Bautista Ferrufino. El P. Nicolás Del Techo, fue quien describió los vejámenes a los que fueron sometidos “la iglesia…los cálices, el misal…” y la imagen de María, que portaba el P. Roque, conocida como “la Conquistadora”, que lo acompañaba en sus fundaciones. Antonio Ruiz de Montoya en La Conquista Espiritual (obra editada en 1639) ya se refería a los sacerdotes mártires como “santos”.
La evolución en la tradición de devoción de estos Mártires, puede trazarse después del envío de las reliquias a Roma, en 1633; ya en el siglo XX, en el año 1934 la Iglesia procedió a la beatificación de los mártires, desde entonces Beatos Mártires; en 1988 se procedió a la Canonización. Los Santos Mártires del Caaró fueron reconocidos como santos ejemplares por el Papa Juan Pablo II.
La devoción a la Virgen de Loreto, fue incorporada a las reducciones jesuíticas, prácticamente desde el origen de éstas en la región. Existían congregaciones dedicadas a la Virgen María y también a San Miguel. Una de las primeras misiones, fundada en la región del Guayrá, fue bautizada con su nombre. Tras el traslado, se reubicó en el Yabebirí y luego en sus proximidades, donde actualmente se encuentran los restos de la reducción. Pobladores de ésta y otras reducciones huyeron hacia el norte de Corrientes, debido a la invasión paraguaya en 1817, y fundaron nuevamente a Loreto, que hoy subsiste con su devoción a la virgen, y su profunda espiritualidad.
Se trata de una devoción de origen italiano, que probablemente llegó a estas tierras, traída por el P. José Cataldino (jesuita nacido cerca del Santuario dedicado a esta virgen, en Italia). En las Cartas anuas se encuentran datos sobre la existencia de capillas en honor a Nuestra Señora, en diversas reducciones.
En 1982, por convocatoria de Monseñor Jorge Kemerer, se reiniciaron las peregrinaciones de las que participaba, en homenaje a Antonio Ruiz de Montoya, la comunidad del Instituto Montoya.
El Jubileo del 2000 se celebró allí. En 2002 se estableció como Centro de Peregrinación y Religiosidad, haciéndose continuas las peregrinaciones cada mes de noviembre. El 10 de diciembre de 2017 la iglesia de Loreto fue declarada Santuario Diocesano.