16 de Abril del 2019 | Artículos Especiales
Integrantes del ISARM participaron en el Retiro de Equipos de Conducción de Instituciones Educativas Católicas
El viernes 12 de abril se llevó a cabo el VIII Retiro de Equipos de Conducción de Instituciones Educativas Católicas de la Diócesis de Posadas junto al Obispo, Monseñor Juan Rubén Martínez. El mismo fue organizado por la Junta de Educación Católica y la Secretaría Episcopal para la Educación Católica de la Diócesis.
La actividad se realizó en el Santuario y Centro de Espiritualidad Diocesano “Nuestra Señora de Loreto”, bajo el lema "Sentíamos arder nuestro corazón” Lc. 24,32. Los integrantes del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya participaron junto a directivos de otros institutos educativos de la Diócesis.
Para comenzar se compartió la celebración de la Santa Misa que fue presidida por Monseñor Martínez y concelebrada por el Presbítero Alejandro Ferreyra, párroco de la Vicaría de Loreto y de Santa Ana. Luego hubo un momento de oración en comunidad de Adoración al Santísimo.
En la homilía el Obispo expresó la alegría de poder estar celebrando la Misa como una acción de gracia y en esta tierra emblemática, en la casa de nuestra Madre; también recordó a Antonio Ruiz de Montoya, como una de las figuras que trabajó en ese lugar con los aborígenes.
Manifestó “el gozo de poder estar aquí expresando todo lo que es el camino de educación en nuestra Diócesis, por lo que significa, de tratar desde la educación humanizar y evangelizar con valores la cultura […] El Evangelio según San Juan ya nos va situando en el momento difícil que está viviendo Jesús, en este viernes previo a la Semana Santa, para cumplir su misión, la que el Padre le había concedido […] Era un tiempo adverso y la gente sencilla era la que la seguía, y lo dicen en los textos. Hacía signos muy fuertes, como signos de reyes, y eso también era contradictorio, por ejemplo los sordos empezaban a oír, o la resurrección de su amigo Lázaro […] Y Dios asumió nuestra condición humana y nos liberó, pero asumiendo los dolores y el sufrimiento, y que difícil para entender al mundo este mensaje, que lo que creemos los cristianos […] Y nosotros ¿Creemos esto? Creemos su mensaje. Entonces la primera pregunta de la mañana sería si creemos en su mensaje, en su propuesta. Su mensaje no es la de un reino de poder, sino un Reino de amor y misericordia, es al revés de lo que se imaginaban todos. Su propuesta es hacernos pequeños para ser servidores, y en todo caso la grandeza del cristiano viene a través del servicio y la pequeñez, no de la magnificencia mundana, por eso no es tan sencillo, pero sin embargo es una propuesta que nos libera. Sobre todo cuando tenemos roles, siendo directivo tratar de ser siempre lo que uno es. Ser nosotros con una misión, con un llamado, con un servicio para los demás.”
Finalizada la Adoración Eucarística, todos los presentes fueron en procesión, desde la Capilla de Nuestra Señora de Loreto hasta el Centro de Espiritualidad para compartir el segundo momento del retiro.
Antes de compartir la iluminación a cargo de Monseñor Martínez, se realizó un desayuno fraterno entre los asistentes.
Monseñor compartió unas reflexiones desde su Carta Cuaresmal “Llamados a Evangelizar” y desde la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco. Señaló la importancia de encontrarse en momentos así como Pueblo de Dios, como Iglesia. “Porque somos parte de la Iglesia, en una época tan individualista, es bueno que nos sintamos parte de algo y porque una fe individualista termina muriendo siempre […] Nuestras escuelas no son un ente, donde estamos encerrados […] es bueno sabernos parte de; caminando una historia, formando parte de un proyecto en común, de una fe compartida […] Y vivimos una época de mundanismo que no entiende el amor, el servicio, el ofrecer nuestra vida. […] Que lindo es cuando damos nuestra vida […] el frívolo, el superficial va a sacar provecho de todo pero no es feliz, ahí está la diferencia. El que saca provecho solamente para sí termina totalmente insatisfecho […] La certificación del laico es transformar las realidades temporales, transformar el mundo, en donde estamos ya sea en la escuela, en las familias, transformar esa realidad. Esa es la vocación y ustedes están más insertos en las realidades. ¿Cuánto cambiarían nuestras sociedades si hubiesen cristianos que vivan el amor pascual? Sería bastante distinto. Por eso hay que transferir a nuestros jóvenes, en nuestras escuelas, en nuestras familias. Anunciemos a Jesucristo, anunciemos el amor que experimentamos.”
Al finalizar la iluminación del Obispo, los presentes compartieron un ameno diálogo con él, donde realizaron diferentes preguntas referidas al tema presentado.
Luego se sirvió un almuerzo de camaradería, que permitió el intercambio entre los participantes provenientes de las distintas zonas de la Diócesis.