26 de Julio del 2021 | Artículos Especiales
Amistad en tiempos de pandemia
Sacar belleza de este caos, es virtud. (Gustavo Cerati)
La posibilidad de establecer relaciones profundas con otros, es la experiencia más potente. Nos pensamos y nos conocemos, a través de nuestros vínculos. Es decir, la identidad de una persona se sostiene en una matriz vincular.
Es vital que podamos ver esta situación, como una oportunidad para re-pensarnos, en la interacción con el otro.
Re-pensar el lazo con el otro, significa agregar valor, re-significar la importancia de la presencia del otro en mi vida.
La pandemia nos enfrentó con nuestros mayores temores. La enfermedad, la muerte y la soledad. Ante la sensación de inseguridad, tenemos la necesidad de volver a vínculos seguros, que nos brinden calma.
Un vínculo confiable es indispensable para un desarrollo emocional saludable. |
Dice Di Bártolo (2019) “No solo las experiencias atemorizantes o dolorosas son estresantes. También es estresante lo nuevo, lo desconocido, lo intenso. Buscar, tolerar e incorporar la novedad dependen también de contar con la interacción organizadora de los vínculos cercanos.”
Desde la teoría del apego se sostiene que el apego, es un vínculo emocional que traza la persona con una figura en particular y a la cual vuelve, de forma selectiva, cuando necesita apoyo. En la infancia, este vínculo se establece con los primeros cuidadores, pero más tarde aparecen nuevas figuras que pueden, complementarse o reemplazar, a las primeras. Este lugar, puede ser ocupado por un amigo. Lo importante, es que quien ocupe este lugar, se muestre disponible. Los elementos que forman parte de esta relación, son: La sensibilidad, para leer las necesidades del otro, la disponibilidad, para estar cuando el otro necesita, y la respuesta, que debe ser atinada, en función de las necesidades.
Para cerrar la idea, citaremos un pequeño fragmento del cuento de Alejandro Dolina, “Instrucciones para elegir en un picado”:
“Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector,
un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar
con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban
más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces.
El criterio parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudaran, lo comprenderán, lo alentaran y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible” (Dolina, 1996, p.203)
La pandemia es una experiencia social que dejará huellas. Pueden ser positivas o negativas. La posibilidad de armar y sostener vínculos marcará, en gran medida, la visión más optimista de esas huellas. Porque en esta batalla sanitaria que estamos librando, es CON el otro y no CONTRA el otro.
Lic. Enrique M. Echeverría
Secretario y docente del Profesorado de Educación Secundaria en Psicología - ISARM