10 de Diciembre del 2022 | Artículos Especiales
10° Aniversario de la “Fiesta Diocesana el día de Nuestra Señora de Loreto Madre del Pueblo de las Misiones”
El 10 de diciembre se celebra esta fiesta de precepto en honor a María de Loreto que cumple una década en la Diócesis de Posadas por decreto del Obispo Monseñor Juan Rubén Martínez.
Nuestra Señora de Loreto es una advocación muy querida por la Comunidad Educativa Montoya dado que es la patrona de esta casa de estudios.
El día de Nuestra Madre, en la Misa de precepto del 2013, Monseñor Martínez coronó la imagen de Nuestra Señora de Loreto, reconociendo a la Virgen como Reina de la Creación. Dicha imagen se halla junto al altar en la capilla de Loreto, hoy Santuario en Misiones.
En esa ocasión, el Obispo en su homilía, invitó a detenerse en una parte del Evangelio que había sido proclamado y que tenía que ver con el saludo del Ángel a María cuando “entró en su casa y la saludó diciendo alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo”, Monseñor Juan Rubén desde este fragmento invitó a los presentes a reflexionar sobre esta alegría que la podemos sentir porque Dios se revela en nuestras vidas y es una alegría que no suprime el dolor, pero por la cual tenemos “la certeza de la Esperanza” que no todo termina en el dolor o el sufrimiento. A partir de este llamado de Dios, de esta manifestación de Él, Monseñor recordó lo que dice una parte del Documento de Aparecida “miren lo mejor que nos pudo haber pasado es haberse revelado Jesús en nuestra vida, esta es nuestra alegría, este es nuestro gozo del llamado de ser cristianos… haberlo conocido a Él. Porque nuestra vida está cargada de sentido, tiene una razón de ser, tenemos una vocación y una misión, podemos por ahí muchas veces fracasar, caernos, no ser del todo fieles, pero siempre contamos con el abrazo misericordioso de un Padre que nos quiere. Qué lindo es lo que nos pasó y lo que nos pasa cuando nos encontramos con Jesús. Miren, esto es clave, hay muchas propuestas que por ahí nos dejan satisfechos por un rato, pero profundamente insatisfechos, porque son propuestas pasajeras, acá viene alguien que nos hace una propuesta profunda, que nos llena el corazón de alegría y que no nos engaña, porque tenemos una alegría, la alegría de la Esperanza, porque María fue la Elegida y el Ángel en este ‘alégrate María’, no le anunció que no iba a sufrir, María también sufrió por supuesto y no nos engaña, no es la alegría de la carcajada la que limita la cruz y los sufrimientos. La alegría que Ella tuvo en su corazón después le valió muchos momentos de dolor y sino pensémosla al pie de la cruz. Cuando todo había empezado, como el anuncio público de Jesús de pronto todo terminó, parecía mal, pero María estuvo de pie ahí. Esa alegría, ese gozo profundo, le hizo tener la certeza de la Esperanza de que no todo acababa ahí, de que había algo después...”.
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