14 de Abril del 2015 | Rectorado
En Cristo Resucitado recordamos nuestra dignidad de Hijos de Dios
El martes 7 de abril, a partir de las 9, en el Auditórium de la Sede Central, se realizó la Santa Misa de Pascua de Resurrección. El jueves 9, también a las 9, se realizó la misma celebración en la Sede Campus.
Ambas ceremonias comenzaron con el ingreso procesional del Cirio Pascual, que simboliza a Jesús Resucitado y será encendido en todas las Misas durante cincuenta días, hasta el domingo de Pentecostés.
El Presbítero Julio Centurión fue quien presidió las dos misas. Asistieron numerosos alumnos, docentes y personal de la Casa. En la homilía, de la Sede Central, el sacerdote comenzó deseando “Felices Pascuas para todos, estamos celebrando, lo que la Iglesia nos propone que es la Octava de Pascua y por ello es válido decir durante estos días Feliz Pascua y también se lo puede hacer durante todo el Tiempo Pascual que va hasta Pentecostés”, comentó. Luego reflexionó sobre el Evangelio proclamado en el cual Jesús se le aparece Resucitado a María Magdalena, “quien no venía de una vida muy santa, pero que el Señor la había amado y aceptado dentro de su círculo de amigos, de seguidores, de discípulos. Ella había encontrado todo en Jesús, lo que no había encontrado en los hombres. Cuando ella descubre al Señor estaba totalmente vacía, como muchas veces nos puede pasar a nosotros o en el caso de las mujeres cuando se sienten desilusionadas, cuando quieren encontrar a un amigo y terminan encontrando un amante, buscan ternura y le ofrecen solamente sexo, cariño y hay propuestas indecentes, se sienten utilizadas...María Magdalena había pasado por esta crisis y había encontrado en el Señor el sentido de su vida…”.
También el padre Julio destacó algunas enseñanzas que nos puede dejar María Magdalena y que son:
- Ir al encuentro del Señor, “la pascua es eso, ir al encuentro del Señor y también el Señor viene a nuestro encuentro”.
- En medio de las dificultades “encontrar la alegría y el gozo permanente, no hay razón para estar tristes. Busquemos razones para estar alegres en este mundo, porque la tristeza nos va carcomiendo y nos va secando, mientras que la alegría en el Señor nos hace vivos. ¡Qué feo es ver un joven triste, desolado, desesperanzado!…”.
Asimismo resaltó cómo el Señor nos devuelve la dignidad de Hijos de Dios, a las mujeres y a todas las personas, pero sobre todo remarcó el lugar que el Señor le da a las mujeres, como a María Magdalena, que “Jesús la rescató de la calle, porque Dios tenía un plan importante para ella y por ello la llama ‘mujer’, para rescatar su dignidad…Entonces, ustedes mujeres, si otros te han querido quitar la dignidad, no la pierdas, porque el Señor dice ‘mujer no llores si otros te han fallado yo no te voy a fallar’… Es cierto que cuando queremos depositar toda nuestra confianza en las personas, por ahí nos defraudan y sí porque estamos propensos a defraudar, pero el Señor no…”, aseguró el padre Julio.
A los varones les dijo que el Evangelio proclamado “quiere enseñar que debemos respetar a la mujer que tenemos al lado, a nuestra compañera, que compartimos todos los días en nuestro Instituto, a la novia, esposa, amiga, porque Dios la respetó y es digna como yo. Aprender a amar con los ojos de Jesús no es fácil, porque a veces estamos ensimismados y queremos sacar ventajas solamente y nos acercamos tratando de buscarla, a ver qué puedo sacar, pero el Evangelio de hoy nos invita también a aprender a amar con los ojos de Jesús. Esta es la experiencia de Cristo Resucitado, esta es la dignidad que el Señor nos quiere devolver…Nuestra dignidad pasa por ser Hijos de Dios, no nos olvidemos de eso y esa dignidad no se rompe por el pecado, sí nos aleja de Dios, pero la dignidad la tenemos, no la dejemos avasallar. Dejemos que el Señor pueda entrar en nuestra vida y en nuestro corazón y alegrémonos en Él, esa es la Gran Noticia de esta Pascua, ¡alegrémonos! No dejemos que la tristeza de este mundo nos invada”, finalizó el sacerdote.
Concluidas las ceremonias, los participantes continuaron con sus actividades académicas.
Nota: Las fotos de la Misa celebrada en la Sede Campus fueron cedidas por Leandro Kuchak, alumno del ISARM.