Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

CORPUS CHRISTI

Jesús, a través de unos panes y unos pocos pescados nos da la gran lección de partir, compartir y repartir, que es lo que hizo Él con todos nosotros cuando nos dejó su Cuerpo y su Sangre y lo hizo para que todos comiéramos y bebiéramos de Él dejándonos el encargo que siempre que lo hiciéramos, lo haríamos en memoria suya.

Y también nos da una tarea… “denles ustedes de comer”.  El discipulado es no solamente sentarse a comer y a disfrutar de los dones divinos, sino a ser partícipes de la misión de Cristo. Él confía, y manda a los apóstoles que se encarguen de alimentar a toda esa multitud. Pero ellos se ven desbordados y dudan: “No tenemos mucho…¿Qué podemos dar?

Entonces Jesús, toma la posta, ordena el caos y les dice que todos se sienten en grupos. Es Él quien realiza el milagro que le había pedido a los discípulos….

Es menester pensar en todo lo que Cristo siempre nos pide para instaurar el Reino, pero tenemos miedos, dudas y negamos que el Gran Milagro Eucarístico se realice en nuestras vidas.

En este domingo también Cristo nos confía y, a su vez, nos pide una cuota de fe: “Denles ustedes de comer”. Confiemos en su presencia Real en la Hostia Consagrada que nos permite ser parte de Él, siendo dóciles a su voz y disponibles para su gran misión: que todos seamos Uno como Él y su Padre son Uno.