29 de Octubre del 2015 | Centro de Pastoral Institucional

En el Instituto Montoya se rezó especialmente por las madres

En el marco de los festejos por el día de la madre y del mes de la familia en el Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya se celebraron dos Misas, una fue el martes 20 de octubre y la otra el jueves  22. Ambas estuvieron presididas por el Presbítero Julio Centurión y participaron autoridades, personal docente y no docente, junto a los alumnos de la Casa.

El Profesorado de Lengua y Literatura colaboró especialmente en la celebración del martes y el Profesorado de Educación Inicial en la del jueves.

El padre Julio comenzó la homilía diciendo que nunca era tarde para manifestar el saludo por el día de la madre y por eso a todas las presentes les deseo un muy feliz día. Luego explicó que se estaba haciendo un alto en las actividades “para dar gracias y esto no es pérdida de tiempo, sino que es ganancia, porque cuando Dios está en nuestras vidas siempre es ganancia, porque el Señor hace más fecunda nuestra tarea, nuestro tiempo, nuestro talento. Con Dios nuestro talento se multiplica, nuestras acciones se ven fructíferas, por eso en esta Santa Misa queremos darle gracias por la vida, por nuestra actividad académica, institucional y darle gracias a Dios por el Don de la maternidad, por muchas madres que dijeron que sí a la vida de cada uno de nosotros, porque detrás nuestro hay una madre y por ello le decimos al Señor ‘Bendito seas porque detrás de cada uno de nosotros hay una madre y hay vida’…También hoy estamos celebrando a la familia. Entonces fíjense que importante es esta Misa para dar gracias a Dios, más que son momentos también en los que estamos muy atareados con el cierre de trabajos prácticos, de parciales, que hay muchas actividades, por eso digo que con el Señor todo se armoniza, ‘busquen primero el Reino de Dios y todo lo demás vendrá por añadidura’…Vamos a dejar todo en Manos de Dios y Él va a acomodar toda nuestra vida personal, institucional, familiar…y también ponemos en Sus Manos a nuestras madres que están vivas, las que están ancianas, las que están difuntas, para que el Señor las tenga en Su Gloria…”.

Como durante esa semana también se estaba llevando adelante el Sínodo de la Familia, el sacerdote invitó a que se rezara especialmente por todos los Obispos Sinodales, para que “el Espíritu Santo los ilumine y la Iglesia pueda guiar mejor a este rebaño, a la familia de hoy, que no es la misma de ayer…”.

También en las Misas se rezó porque Dios nos diera claridad para “distinguir lo que es bueno y lo malo, porque el Señor no quiere las cosas a medias y nos quiere bien a nosotros y a nuestras familias,” recordó el padre Julio. 

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