11 de Octubre del 2016 | Centro de Pastoral Institucional
“(…) Dios nos Ama, esa es nuestra certeza, nuestra fortaleza y por eso podemos estar de pie (…)”
Alumnos, docentes, no docentes y autoridades del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya participaron de la Misa en Acción de Gracias por los estudiantes, realizada el jueves 22 de septiembre en el Salón Auditórium de esta Casa de Estudios. La misma fue presidida por Monseñor Juan Rubén Martínez, Obispo de nuestra Diócesis de Posadas, y concelebrada por los Presbíteros Sebastián Escalante, Miguel Ángel Moura y Marcos Szyszkowski.
En su Homilía, el Obispo Juan destacó la especial alegría con la que estábamos celebrando la Eucaristía en honor a los estudiantes y también los docentes de la Casa y porque creemos en que Dios está presente siempre en nuestras vidas y tareas cotidianas es que ofrecemos una Acción de Gracias a Él y su presencia entre nosotros. “Cuando uno se pregunta ¿qué significa que nosotros hagamos una Acción de Gracias a Dios? La pregunta es en realidad ¿nosotros lo tenemos presente en nuestro corazón? ¿Qué significa Dios para nosotros? (…) Creemos que Dios es Creador, creó esta linda naturaleza que florece en septiembre y todo esto, pero también creemos en un Dios que es muy cercano, que tiene una originalidad en nuestra fe cristiana, Dios quiso estar entre nosotros, esta es la peculiaridad, es tan cercano Dios, el que Creó todo, que se Encarnó, se hizo uno de nosotros. (…) Dios porque es Dios se Encarnó en medio de nosotros y se hizo Hombre. Él podía haber venido con poder, haber aparecido así como una figura omnipotente y decir ‘Soy Dios’ y nada más y no, se encarnó en un pueblo marginal, (…) en María, una joven dócil, que le dijo a Dios y a su proyecto ‘sí Señor que se haga en mí según tu voluntad’. (…) ese Dios no necesitó currículum, no necesitó ninguna cosa aparatosa, nació en un costado, en la sencillez, en la austeridad de un pesebre (…)”
También Monseñor Martínez explicó que Dios viene a revelarse y a mostrarnos el sentido de nuestras vidas, “(…) a contarte para qué estás, cuál es el sentido de tu vida, además a decirte que tu vida tiene sentido, que nosotros tenemos todos un llamado y una vocación para vivirla como laicos, como sacerdotes, o en la vida religiosa. Cada uno de nosotros tenemos un llamado, nuestra vida tiene sentido y Él nos vino a revelar que nuestra vida tiene sentido si amamos, esto quiero decir. Él nos enseñó a amar, nos enseñó que la fe que nosotros tenemos se anima en la caridad, en el amor, por eso Él nos enseña cómo amar. Y dio su vida por nosotros. Cuando vemos un crucifijo donde está Jesús estamos celebrando que Él nos Amó dando la vida y porque dio la vida nos Amó y con esto nos da la verdadera vida de la Gracia, esa vida nos regala y nosotros lo celebramos.
¿Creemos en el amor? (…) nosotros decimos que creemos en Dios y lo que creemos es en un Dios que nos Ama esta es nuestra certeza, nuestra fortaleza. Dios te ama. Aún cuando tengamos dolores y sufrimientos, todos los tenemos y no nos engañemos, Él tampoco nos engaña, ‘el que quiera seguir este camino, el que quiera ser discípulo que tome la cruz y que me siga’, bueno no es fácil. Tenemos dolores y cruces, todos tenemos sufrimientos, pero creemos en el Amor y cuando amamos bien, tenemos este amor solidario, que da la vida, que no quiere consumirlo al otro, ni usarlo, sino que lo ama bien. Es lindo pensar que una profesión, lo que nosotros estudiamos, nuestro futuro, lo que hacemos es porque queremos amar.
Desde lo que nosotros estudiemos que podamos servir (...) Esto nos llena de sentido, te llena de sentido la vida (…) Sí estudio, pero no porque sí, para ganar meramente dinero, sino que quiero ofrecer mi vida en lo que hago, para servir, porque amo (…). Sí creemos en el amor y cuando nosotros amamos y queremos dar la vida en lo que hacemos, ahí podemos ser felices. Miren, siempre lo digo, el egoísta siempre está insatisfecho (…) Y si no hagamos zapping un poquito en la tele y veamos tanta gente que aparece con dinero, con poder, todos estéticamente bellísimos, pero si vos escarbas un poquito muchas veces te encontrás con que están profundamente insatisfechos, con las manos vacías. Solo el que ama, el que dona su vida, el que tiene en cuenta a los demás, puede tener la verdadera felicidad y todos queremos ser felices y eso es lo que nos da alegría en nuestro corazón (…)
Hay muchas heridas y sufrimientos, porque decimos que creemos en Dios, pero por ahí no lo tenemos presente en nuestro corazón, no experimentamos esto hermoso y maravilloso que es que Dios nos Ama, esa es nuestra certeza, nuestra fortaleza y por eso podemos estar de pie. Te pueden tirotear, te pueden decir macanas, perseguir, cuantas veces los cristianos sufrieron, antes y ahora martirios, pero estamos de pie, porque creemos en el Amor, creemos en Él. Incluso Jesús murió y Resucitó, y nosotros aún en el martirio sabemos que nos recompensa con algo mejor. Es difícil decir esto en esta época donde todos es para consumir, por eso que lindo es decirlo en la primavera, creemos en el Amor, creemos en la juventud, en ustedes que tienen tanto por delante y creemos que podemos tener ideales también en nuestra época, hay tanta chatura, vamos a veces apostando a zafar y vamos zafando (…) Pero es mejor no siempre zafar, sino apostar deberás a lo que hacemos y cuando apostamos de verdad, podemos sufrir más, cansarnos más, pero también podemos gozar más (…)”.