14 de Diciembre del 2016 | Profesorados
El Profesorado de Química cerró el Ciclo Lectivo 2016 con un acto, en el cual celebró el Día de la Tradición
El 10 de noviembre el Profesorado de Química del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya realizó un acto de conclusión del Ciclo Lectivo 2016 y también celebró el Día de la Tradición. La actividad se desarrolló en la Planta Baja de la Sede Campus del ISARM.
El Presbítero Julio Centurión, Asesor Espiritual de dicha Sede, fue quien guió la invocación religiosa. Siguiendo las Palabras de Pablo en la Carta a Timoteo, el sacerdote manifestó “(…) este día quisiera compartir con ustedes esto que me parece muy oportuno para este momento y tiene que ver con recordar que todo lo que uno ha experimentado como alumno, nada es desechable como le dice Pablo a Timoteo, toda esta experiencia vivida académicamente sirve mucho para el fortalecimiento personal y luego, en la práctica docente, uno se va dando cuenta de todo lo recibido durante estos cuatro o cinco años que ha cursado, por eso yo, en nombre de toda la Institución, les digo que todo lo que han recibido traten de ponerlo en práctica, y sigan aprendiendo porque la realización personal, pero también profesional, no es acabada, uno se va haciendo en el camino. Y en este camino no vamos solos sino que lo vamos transitando con un cuerpo docente, con un cuerpo directivo, con gente que nos acompaña, pero también con la presencia de Dios, tengas en cuenta eso, Dios nos acompaña, nos acompaña no por nuestro méritos, no por nuestra situación de santidad, sino porque nos Ama, porque es Misericordioso. Dios no nos acompaña solamente porque nos portamos bien, cuando nos portamos mal también nos acompaña.” Seguidamente bendijo a los que terminaban de cursar su 4to Año de carrera, diciéndoles, “Que la Gracia del Espíritu Santo, el Amor del Padre, les acompañe siempre, a cada uno de ustedes” e invitó a rezar un Padre Nuestro.
Dos alumnos de la carrera se refirieron al Día de la Tradición, explicando que el mismo tiene que ver con la fecha de “nacimiento del escritor y periodistas José Hernández, autor del Gaucho Martín Fierro, poema de género gauchesco, que se convirtió en una rica literaria que fue consagrada al folclore argentino, que fue traducido a numerosos idiomas. En él puso todo su empeño para defender a sus paisanos en la disputa que se realizaba contra ellos, en una época en que en el país se encontraba convulsionado por guerras internas.
La tradición de nuestro país no es una tradición más, nuestra tradición es un misterio, y a su vez un punto de partida, empezamos a recorrer, como futuros docentes, un itinerario de misterios, de expectativas, esperanzas y sueños.
Algo propio, de todas las personas del mundo, es que estamos ubicados en la historia, todos nacimos y vivimos en un determinado lugar, y en una determinada época, y esos factores influyen, en la manera de ver el mundo y todo lo que le pasa en él, es decir, se comprende, desde y dentro de terminado contexto. Todos los argentinos, por pertenecer a la misma historia, pertenecemos a la misma tradición, porque compartimos una historia, porque compartimos una tradición.
Martín Fierro, es una obra que nos habla de las preguntas fundamentales y más profundas, habla de la vida, de la muerte, la libertad, la justicia, la lealtad y la traición. Habla de la historia de un hombre, y de la historia de un pueblo, si logramos entender qué quiere decir todo esto hoy, en el 2016, qué tiene que ver, todo eso con nosotros, si logramos descubrir ese horizonte del pasado, que nos habla del horizonte del presente, y lo incluye (...) entonces hemos logrado comprendernos como pueblo, porque nos habremos comprendido a nosotros mismos. Desde esta perspectiva, se nota la importancia de la educación, formarnos como Profesores de Química, tiene como objetivo seguir contribuyendo con el país que heredamos, por eso, es importante aprender, informarse, cultivarse uno mismo como persona, y es un deber que tenemos nosotros la posibilidad de tener una educación (…).”
Por el plantel docente los encargados de dirigir unas palabras fueron la Profesora Rosanna Solís y el Profesor Carlos Alberto Tykal. La docente Solís, expresó: “(…) La tradición de un pueblo, es aquella que lo identifica y lo diferencia de los demás, es algo propio. Cada comunidad tiene sus propias tradiciones que se manifiesta en el modo de vivir, de pensar, de sentir, en el arte y se conserva a través del tiempo. La palabra tradición, deriva del latín, y quiere decir, donación o legado, ella supone un conjunto de costumbres, ritos y prácticas, que se transmiten de padres a hijos, cada generación recibe el legado que la antecede, y colabora aportando lo suyo para la futura. Hoy recuperamos y agregamos a ese legado nuestro aporte. Sabemos que la tradición de una nación se constituye con su cultura popular, y se nutre de las costumbres y saberes de cada región (…). Hoy celebramos lo que nos identifica y nos hace único, de esta manera, hacemos que en el día a día las tradiciones continúen (…).”
El profesor Tykal, por su parte se dirigió especialmente a los alumnos que estaban culminando su etapa de estudiantes para avanzar hacia el ser docentes de Química. “(…) Los estudiantes constituyen un grupo de privilegiados dentro de nuestra sociedad, ello es mérito de sus decisiones, de su talento, de sus esfuerzos, y del tiempo que dedicaron al estudio. Sepan sin embargo, que el éxito, no es hacer bien las cosas o alcanzar el reconocimiento de los demás, el éxitos tampoco es, una opción externa, el éxito es un estado interior, es la armonía del espíritu y de sus emociones, de sus sentimientos, el éxito es la familia, la amistad, la autenticidad, y por sobre todo, la integridad. (…)
Hoy, se completa un ciclo, un período pleno de intensidad y desafíos en la biblioteca, en las aulas, en los laboratorios, con horas y horas dedicados a profundizar teorías, experimentos, cálculos, modelos, diseños, exámenes, exposiciones y monografías, amistad y compañerismo. Hoy, les pediría, dedicar un momento a aquello que no solemos explicitar en nuestras planificaciones, les propondría recrear una síntesis de reflexión y sentimientos, de diálogo y confidencia a través de la razón y del corazón, para todo aquello que nos atañe. Esto tiene sentido pleno en el contexto del Instituto Montoya, ya que el objetivo trascendental es el desarrollo de la persona humana, a imagen y semejanza de Dios. Como profesionales deben ser hombres y mujeres enteros, íntegros y plenos que busca con ansias la claridad, la verdad y el encuentro profundo consigo mismo, con los demás y con la creación. La que tienen por delante es una misión evangelizadora, por medio del compromiso y el conocimiento (…)”.