13 de Noviembre del 2018 | Rectorado

Se realizó una nueva entrega del Premio Fuxman

El pasado lunes 5 de noviembre, en el Aula Magna  de la Sede Central del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, se llevó a cabo la edición décimoctava de la entrega del Premio Samuel Fuxman. Este galardón consiste en una ayuda económica, que se otorga por pedido de quien fuera amigo de Monseñor Jorge Kemerer, Don Samuel Fuxman –ya fallecido-, a través de su esposa e hijos que generosamente cumplen su deseo desde el año 2001.

Al acto asistieron Graciela Fuxman (hija de Don Samuel, residente en Israel), la Rectora del Instituto Magíster María Eva Lescano de Borkoski, la Vicerrectora Licenciada Natalia Soledad Kuperman, la Secretaria Académica Licenciada Silvia Inés Zuzaniuk y el Representante Legal Doctor Jorge Emilio Luengo. También estuvieron el Señor Gerardo Echenique, amigo de Don Samuel Fuxman, su esposa Nora Manzini, y la sobrina de Don Echenique; miembros de la Asociación Israelita de Misiones, entre ellos Aarón y Raquel Pruchanski; también acompañaron las Licenciadas Silvia Venanzi y Silvina Vargas, ex y actual Directora de Extensión Cultural del ISARM, la Profesora Ángela Fariña, quien basó su trabajo para egresar de la carrera de Historia en la “vida de Samuel Fuxman”;  estudiantes premiados, sus familiares, compañeros, docentes y coordinadoras y secretarias de los Profesorados en Lengua y Literatura, y en Historia. Además, el representante del Círculo de Suboficiales del Ejército, Ricardo Rojas y amigos de la familia Fuxman. 

Durante el acto la Profesora Fariña compartió una semblanza de la vida de Samuel Fuxman, síntesis de su trabajo de investigación. Luego Graciela Fuxman, quien visitó especialmente la institución para dicho evento, señaló que “la beca está destinada a reconocer jóvenes que se destacan en sus estudios y son dignos de un pequeño aliciente para que encaren en mejor situación la recta final de su carrera”.

Agregó que su padre y Monseñor Kemerer nacieron en el seno de familias inmigrantes europeas y demostraron desde siempre una “gran vocación por el servicio, uno a través del sacerdocio y el otro desde la fila del Ejército”. También recalcó que “a partir de una actividad conjunta se desarrolló (entre Monseñor y Don Fuxman) una amistad entre dos seres de muy diferente extracción, de diferentes creencias pero inspirados en un profundo respeto y aceptación del otro. Las diferencias no separaron a uno del otro, sino que fueron los valores comunes que acercaron uno a otro por encima de todas las diferencias, y esa es la lección que estas figuras nos quisieron transmitir para que desarrollemos una sociedad donde todos podamos vivir en armonía respetando nuestras diferencias”.

La Sra. Graciela felicitó especialmente a los becados y los animó que ojala este premio “los incentive a seguir estudiando para beneficio propio y de toda la sociedad”; y concluyó su alocución con un lema que siempre su padre les repetía: “El saber no ocupa lugar y el que sabe ocupa los mejores lugares”.

Posteriormente, dirigió unas palabras a los presentes la Rectora del ISARM, Mgter. Lescano de Borkoski, quien destacó la especial alegría, por varias razones, de cada edición por la entrega del Premio Fuxman. “En primer lugar porque focalizamos la atención en aquello que para nosotros es lo primordial: el desarrollo académico de nuestros alumnos.  El alumno constituye en el Montoya su razón de ser, sin ellos no existiríamos, y dentro de nuestros principios fundacionales tiene fuerte arraigo la premisa de atender a todo aquel que llega a esta Casa en búsqueda de un futuro diferente; atenderlo en sus necesidades pedagógicas–académicas, contenerlos en sus preocupaciones emocionales, y también acompañarlos cuando las necesidades económicas así lo requieren”.

En segundo lugar, la directiva, se refirió a la gran amistad entre el fundador del ISARM y Don Fuxman, y donde primó siempre “la búsqueda del bien común y esto hizo que no tuvieran en cuenta las diferencias con relación a sus creencias o principios religiosos, […] por ello se unieron en no pocos actos que apuntaron al sostenimiento de la sociedad misionera."

 Y en tercer lugar, continuó, “nos trae a la presencia lo que significa el ejemplo en la vida de una persona, en la vida de un hijo, en la vida de los herederos. Don Samuel Fuxman enseñó no solo a través de la palabra […] Sino sobre todo a través del hacer, y eso hace que aun hoy, tantos años después de la presencia física de estos dos grandes nosotros podamos vivir hermosos momentos, como este, en la comunidad educativa”.

A los flamantes alumnos distinguidos con la beca les dijo que  “la entrega de este premio seguramente los va a marcar y les va a dar una enseñanza de vida […] Lo que hoy ustedes reciben, en alguna oportunidad en la vida tendrán la posibilidad de devolver a alguien que hoy no está en el mundo de ustedes pero va aparecer. Recuerden siempre que lo que recibo de algún modo lo tengo que devolver”.

Por último agradeció a la familia Fuxman que durante tantos años está atenta al Instituto Montoya, y brindan este acompañamiento.

Los estudiantes becados, por su parte, agradecieron a la familia Fuxman, a sus familias, a los docentes de la Casa y a sus compañeros.

Fueron beneficiarios del Premio:

  • Genaro Nahuel Magri del Profesorado en Historia.
  • María Belén Molinas del Profesorado en Lengua y Literatura.

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